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lunes, septiembre 13, 2004

De dónde venimos? Hacia dónde vamos? 

Basta de buscar la respuesta al origen del hombre, el motivo de su existencia, el sentido de la vida, el arché, el alma y todo eso, dejense de joder.

Te divierte?
NO!
Te hace más feliz?
NO!
Te sirve de algo?
NO! basta parecés Rozín!

Sólo para darte cuenta de que no sos nada, que no vas a cambiar las cosas, que no vas a ninguna parte y que es imposible que algo que se te ocurra a vos no se le haya ocurrido ya a por lo menos una de las 873647324363 cuatrillones de personas que pisaron la estratósfera antes que vos.

"Esta caída libre nos entretiene filosofando, pero nos enseña viendo sufrir desde las raíces de los árboles." (Pato es una gran autora que merece ser citada en toda oportunidad, y su producción Caída libre! ya está en todos los kioscos). Y aprendés mucho más de tu abuelo de 80 años que de un nabo que se leyó todo Aristóteles y lo interpretó como le vino bien.

Me harté de la antropología de las homeomerías de las aguavivas, de esta manga de caprichosos que no acepta legitimar nada que no pueda comprender. Y no apoyo el eterno ignorábimus del que Unamuno hablaba, ni invito a mis lectores a que se condenen de por vida a ver tevé basura atados al sofá con la excusa de que ya está todo hecho. Es sólo que se persigue una verdad que nunca se alcanzará, aunque dado el caso se la relativizará hasta desvalidarla, y de no ser así (es decir, que todos estaremos pensando igual y ninguno estará pensando demasiado) no seremos ni más ni menos felices, ni más ni menos inteligentes, ni erradicaremos la desnutrición infantil. Gastar el tiempo en cosas que realmente sirvan (odio el modo imperativo), si te preocupa algo levantate y arreglalo.

Prometo transcribir una nota de la Cosmo titulada "Volvé loco a tu chico con un masaje marroquí" para la próxima.

Yo sigo a Cristo y soy feliz.

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